La empresa realizó su primera venta del producto a una compañía minera internacional no identificada, que compró 25 unidades, según informa The Verge.

“Es un desarrollo muy perturbador y repugnante y estamos convencidos de que cualquier gobierno razonable se apresurará a detener el despliegue de tecnología avanzada de batalla sobre trabajadores o el público involucrado en legítimas protestas y manifestaciones”, declaró un vocero de la Confederación Sindical Internacional, la más grande del mundo.

El conocido como Skunk (zorrillo, en inglés) mantiene sus 45 kilogramos de peso en el aire gracias a ocho motores, cada uno con su propia hélice.

Sus principales armas son láseres cegadores (los cuales están prohibidos por los Convenios de Ginebra) y cuatro cañones que pueden disparar balines de goma, pintura o gas pimienta con una cadencia individual de 20 por segundo. Con una carga máxima de 4 mil balines, puede disparar toda su munición en tal sólo 200 segundos.

Además, entre sus instrumentos “no agresivos” se encuentran luces estroboscópicas y altoparlantes para alejar a las muchedumbres.

“Estas armas no pueden ser lo suficientemente controladas como para evitar causar daños serios, especialmente a los ojos. Muchas armas ‘no letales’ para el control de multitudes pueden y suelen matar”, dijo Mark Gubrud, miembro del Comité Internacional para el Control de Armas Robóticas.

Fuente: Infobae