Ricardo Vásquez contó a la Policía, durante la reconstrucción del crimen, que escondió la cabeza en la refrigeradora. Además, contó cómo salió otra vez salió del edificio rumbo a centro de lima. Después de caminar un buen rato, decidió que las aguas del Río Rímac serían un buen lugar para arrojar las bolsas. Lo hizo desde el puente Balta y luego el puente Huánuco.

“En el lado del río, no crucé para adentro, estaba en el paradero. De allí regresé y me quedé en el puente, sobre el río. (…) Luego intenté sacar varias veces la bolsa, pero no podía, hasta que logré sacarla y la solté al río”, explicó.

Durante toda su descripción, Ricardo Vásquez nunca levantó la cabeza para hablar con los investigadores, con la mirada hacia el suelo, respondía despacio, lento y visiblemente nervioso.