Cansado de los problemas legales y de algunos adjetivos donde lo tildan de “asesino” al igual que a sus compañeros, los miembros del , el capitán en retiro del Ejército Peruano rompió su silencio y gritó inocencia.

En declaraciones a Cuarto Poder y mientras recordaba cómo fue aquel 22 de abril de 1997, donde con más de 100 compañeros irrumpieron en la que el grupo terrorista MRTA retenía y usaba para amenazar al Gobierno, Segura negó que la ejecución al Camarada “Tito”, tal como lo aseguró Hidetaka Ogura, uno de los secuestrados.

“Ese proceso que llegó a la Corte Interamericana de Derechos Humanos culminó en 2015, han sido 14 años en proceso judicial por un testigo, que valga decir, acusó cinco años después del rescate”, dijo.

El apoyó esas declaraciones con una tesis personal. “El MRTA sabía con qué se iba a encontrar en la residencia. Tenía planos, maquetas… ¿quién se les entregó esa información? Yo estoy seguro que fue Hidetaka Ogura”, precisó, reiterando que “no existieron ejecuciones extrajuidiciales”.

“Él dice que vio alguien rendido y luego muerto. Es el único que dice eso, el único rehén que lo afirma, ningún otro corroboró su versión, nadie”, sentenció.

“No me digan asesino”

El capitán Álex Segura señala que ahora está tranquilo porque después de tantos años, la CIDH legitimizó la operación militar.

“Nosotros nunca hemos buscado recompensa, tampoco agradecimiento porque nosotros queríamos permanecer en el anonimato, pero lo que sí duele, molesta y humilla es que nos echen la culpa. No me digas asesino, ni me digas homicida porque no lo soy. El delincuente no soy yo. Nosotros hemos venido a rescatar vidas de personas que estaban secuestradas, hemos rescatado la dignidad de un país, hemos ofrecido nuestras vidas para cumplir con esa misión. No me digas que soy un asesino, no me sientes en el banquillo de los acusados, ni me digas que soy culpable de un asesinato”, pidió.

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