La catedral de Lima celebró este domingo su primera misa con presencia de feligreses tras nueve meses cerrada al público a causa de la , que había obligado hasta ahora a oficiar homilías a puerta cerrada, únicamente transmitidas por televisión y redes sociales.

El templo limeño reabrió sus puertas a un 30 % de su capacidad, el límite establecido por las autoridades sanitarias de Perú, que desde noviembre dieron permiso para volver a celebrar ceremonias religiosas de manera presencial.

Sin embargo, el arzobispo de Lima, Carlos Castillo, decidió por precaución esperar hasta este domingo para volver a reencontrarse con sus fieles.

La homilía correspondiente al tercer domingo de adviento contó así en la catedral limeña con una audiencia reducida donde había como máximo dos personas por banco, todas ellas con mascarillas y pantalla facial, tal y como exige el protocolo de reapertura de templos religiosos.

Sin agua bendita

La normativa también exige que las parroquias y templos tengan las puertas y ventanas abiertas para facilitar la ventilación del espacio, así como señalización sobre los bancos inhabilitados para asegurar la distancia social.

También establece que el sacerdote debe entregar la comunión únicamente en la mano y no hacer uso de agua bendita, mientras que los asistentes deben desinfectar sus manos y calzado en la entrada, mantener una distancia de 1,5 metros como mínimo y no darse la mano como señal de saludo de la paz.

Aunque sea con el 30 % de aforo y con los cuidados debidos, estamos alegres porque necesitamos un encuentro más cercano”, manifestó el arzobispo Castillo en el sermón impartido durante la ceremonia.

Homenajes a víctimas

Durante la emergencia del coronavirus, el arzobispo Castillo ha protagonizado distintos gestos en favor de las víctimas de la pandemia, como cuando en junio empapeló las bancas y paredes de la catedral con fotos de los fallecidos para celebrar una homilía en su honor que fue transmitida por televisión y redes sociales.

Más recientemente, el Arzobispado realizó un tributo similar con la proyección de las fotografías de más de 10.000 víctimas de la COVID-19 sobre la fachada de la catedral, en un acto oficiado en la Plaza de Armas de Lima.

Perú se mantiene en alerta ante una eventual segunda ola de contagios tras haber sido uno de los epicentros de la pandemia durante el primer pico de la enfermedad, que de momento deja a nivel nacional más de 983.000 contagios acumulados y más de 36.600 fallecidos.

Con información de EFE