Anotó que son pocos los padres que tienen conciencia de que su función en la primera etapa de la vida de su hijo es tranquilizarlo y acompañar a la madre, a fin de que ella pueda tener el equilibrio emocional que necesita en la crianza del menor.

“Posteriormente, el padre tiene como función una protección con sabiduría, no autoritaria. Debe vender al hijo ideas de que el mundo es maravilloso y que él tiene la capacidad de sacar lo mejor de él”, señaló a la Agencia Andina.

Gonzales dijo que cuando el padre no está en la casa, en algunos casos los hijos se quedan pegados a la madre como si fueran su pareja y en algunos casos extremos se fusionan con ella y pueden desarrollar homosexualidad.

Sostuvo por tanto que los seres humanos debemos entender que tenemos que aceptar al padre que a cada uno de nosotros nos tocó y no vivir con el eterno rencor porque este no fue la persona que necesitábamos.

“Si nuestro padre nos dio poco afecto, tenemos que entender que eso era lo único que podía aportar a nuestras vidas. Seguramente no estaba en capacidad de dar más porque eso fue lo que él recibió en su infancia. No hay nada que hacer solo mirar hacia delante y no ser igual que él”, comentó.