El vicepresidente del Banco Mundial para América Latina y el Caribe, Jorge Familiar, señaló que el Perú es un ejemplo internacional en la reducción de la desnutrición crónica infantil, al disminuirla de 28% a 13% entre 2008 y 2016.
“Perú ha tenido un logro sobresaliente en la reducción de la desnutrición crónica y es un ejemplo a seguir para muchos países”, subrayó.
Refirió que esta reducción de 15 puntos porcentuales en ocho años, es superior a lo que un país típico de la región logró en el mismo periodo con seis puntos porcentuales.
“Del éxito de Perú aprendimos y este importante logro lo hemos llevado a otras partes del mundo, a Indonesia, Egipto, Madagascar, Ruanda, y también países vecinos como Guatemala y Ecuador”, dijo Jorge Familiar.
Asimismo, advirtió que la desnutrición crónica priva a una cuarta parte de los niños del mundo, unos 156 millones de niños, de la oportunidad de alcanzar su potencial plenamente.
Indicó que la tasa promedio de desnutrición crónica infantil en la región latinoamericana es 11%, inferior a otras regiones como el sur de Asia (36.8%) y el África subsahariana (34.7%).
Sin embargo, dijo, que en la región de Latinoamérica hay casos preocupantes como Guatemala donde la desnutrición crónica alcanza al 46% de su población infantil, y en Ecuador al 25%.
“La desnutrición crónica priva a los niños de su derecho a crecer, afecta al capital humano que es la base del crecimiento económico, limita el potencial de los países, y puede generar situaciones que perpetúa la pobreza y hace difícil superar esa condición”, explicó.
Así lo manifestó al presentar el libro “Dando la Talla: el éxito del Perú en la lucha contra la desnutrición crónica”, en el que se describe el éxito de las políticas públicas que el país siguió para disminuir “de forma verdaderamente dramática e impresionante” la desnutrición crónica infantil.
Lecciones aprendidas
“¿Qué es lo que hemos podido aprender del Perú? Este país comprendió la importancia de combatir la desnutrición crónica para garantizar que sus niños puedan vivir con mayor bienestar y contribuir al desarrollo de la nación”, dijo Familiar.
Señaló que la experiencia del Perú demuestra que la inversión en una estrategia integrada de nutrición durante los primeros 1,000 días de vida del niño es fundamental para poner fin a la crisis mundial de retraso en el crecimiento.
Explicó que el logro del Perú se debe a tres factores en particular. Primero, hubo un firme compromiso político, de tal forma que las políticas públicas han trascendido cuatro gobiernos contiguos.
Segundo, las políticas públicas fueron diseñadas con base en evidencia y fueron acompañadas del financiamiento necesario.
“Y, tercero, hubo un compromiso de los múltiples actores vinculados a la desnutrición, es decir, el gobierno central y los gobiernos sub-nacionales, la sociedad civil, los medios de comunicación y las familias, cada uno cumpliendo un rol clave en este proceso”, afirmó.
Finalmente, Familiar, dijo que la lucha contra la desnutrición crónica infantil no ha terminado y es necesario redoblar los esfuerzos para continuar con su reducción y sobre todo con la anemia.
“Para nosotros ha sido de particular relevancia contribuir a que los niños peruanos puedan vivir con mayor bienestar y aspirar a un futuro mejor”, agregó.
Apoyo del Banco Mundial
El Banco Mundial ha brindado apoyo, a través de un conjunto de servicios y operaciones que incluyen trabajo analítico, asistencia técnica no crediticia, préstamos de desarrollo de políticas y financiación basada en resultados.
Asimismo, esta institución está comprometido en continuar su apoyo al Perú para reducir los niveles de anemia que persisten como un grave y extendido problema de salud pública que afecta a más del 40% de niños menores de 3 años y, en los niños menores de 6 a 12 meses, bordea el 70%. (Andina)
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