“Las condiciones carcelarias del arresto domiciliario no obvian la sentencia, sino cumplir la pena sin poner en riesgo la salud mental y física de este ser humano”, expresó Fujimori Fujimori al inicio de su intervención.

Asimismo, aseguró que su encarcelamiento en la Diroes, donde cumple una condena de 25 años por violaciones a los derechos humanos durante su gobierno (1990-2000) es en realidad una “pena de muerte lenta”.

“Ruego a los distinguidos miembros de esa Sala Suprema comprender las razones humanitarias de mi pedido y dejar el aspecto jurídico para que pueda superar este encarcelamiento que en la práctica constituye para mí una pena de muerte lenta”, refirió.

Apelando a razones humanitarias y no jurídicas, el exmandatario aseguró que de seguir con prisión efectiva, “exhalaré mi último suspiro antes de cumplir la condena total, pues no creo poder sobrevivir hasta los 95 años”.

El pedido, que en primera instancia, fue declarado infundado por la Vocalía Suprema de Instrucción, busca que Fujimori cumpla en su domicilio la condena a 25 años de cárcel que se le impuso por las matanzas de Barrios Altos y La Cantuta.

Paralelamente, el exmandatario interpuso un recurso de revisión a su sentencia, que será visto por la Sala Penal Permanente de la Corte Suprema, que preside Javier Villa Stein.