No se sabe bien dónde quedan o con qué fin fueron creados de esa manera tan peculiar, peligrosa y absurda, pero los toboganes presentados en la siguiente lista, para malestar y tristeza de los niños, no serían utilizados sin meditarse dos veces.

Su carácter recreativo y sencillez siempre ha generado predilección por los niños, quienes sienten cierto peligro y aventura al deslizarse a velocidad relativa a través de la rampa.

Sin embargo, ¿alguien se atrevería subirse a uno que está instalado al borde de un edificio? ¿O los padres permitirían que sus hijos se deslicen una y otra vez en otro instalado en medio de un cementerio?

Al parecer no. Pero existen otros más polémicos: aquellos que están mal construidos o deteriorados, otros en forma de genitales, algunos tienen como fin el socavón de una construcción o un conteiner de basura.

Fuente: Infobae.