Quién se no se cruzado con un cartel mal escrito, un anuncio con alguna falla ortográfica o una publicidad extravagante o sarcástica. Es común ver este tipo de mensajes en la vía pública y arrancarnos una sonrisa o indignación, según la intensidad de lo expresado.

En la presente lista, revisamos mensajes colmados de errores e ironías, unos más intensos que otros, pero que a la larga forman parte del folclore de la calle y de quienes, a veces con buenas intenciones pero escaso o incomprendido talento, intentan transmitir un mensaje.

“Atención, después de un tren puede venir otro”, con este mensaje se quiso poner en alerta a los transeúntes, sin embargo, más allá de conciencia preventiva, debió arrancar más de una sonrisa.

A veces indignan mensajes como este “Por favor no habrir los libros”, pero al leer esta frase en una vía rápida “No se apure, acá lo único que corre es el viento”, uno termina por sonreír con la ocurrencia.

Fuente Infobae.