Jonathan Glancey elaboró una lista de diez que, por sus dimensiones o por su encanto sin igual, constituyen verdaderas obras de arte.

Se calcula que cada momento del día hay unas 800 mil personas volando a bordo de aviones. Echa números y trate de imaginar el número de pasajeros que viajan en un período de 24 horas; ahora intenta llevarlo a un mes o un año.

Piensa en cómo esos millones de pasajeros tienen que ser “procesados” (una palabra horrible, pero adecuada) a través de miles de aeropuertos.

No importa lo mucho que lo intenten los mejores arquitectos del mundo: un aeropuerto es una construcción de la cual no es fácil enamorarse. La realidad es que muchos pasajeros rara vez le prestan atención a la arquitectura que los rodea.

Y, sin embargo, hay aeropuertos que sí tienen ese algo especial que nos anima a mirar hacia arriba y a nuestro alrededor, aeropuertos que han sido diseñados para ofrecer algo de la aventura y de la poesía de volar, incluso en una era de los viajes masivos y de tarifas reducidas.

Fuente: BBC