Viral. Faltaba poco para las tres de la tarde y todo transcurría como cualquier día de octubre, pero ese 12, uno antes del temido viernes 13, ocurriría un suceso por demás singular en la joyería King’s Jewelers, en California (USA). Una cámara de seguridad captó uno de los más simples y pocas veces utilizado modo de robar. se encargó de viralizar el suceso.

Un cliente se acerca al mostrador: pantalón de sastre, camisa blanca abotonada hasta el cuello, sin cortaba y lentes, con el cabello algo largo y desordenado. No hubo gesto ni detalle que delate que segundos después este sujeto saldría corriendo con un valioso diamante.

La empleada de la joyería, hacendosa, muestra varios diamantes para anillos de compromiso que solicitó el falso cliente para una [falsa] novia, hasta que enseña una joya única que extrae de un sobre azul: un diamante valorizado en 27 mil dólares.

Casi finalizando el en vemos una forma simple, rudimentaria y poco elegante de robar: el ladrón, una vez le colocaron el diamante en la mano, salió corriendo de la joyería, dejando detrás a una nerviosa empleada y unos lentos guardias de seguridad. La Policía continúa buscándolo.

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