En algunos países de África es normal que los equipos de fútbol “convoquen brujos” para tener más suerte y derrotar al rival, una práctica poco común en América Latina.

Sin embargo, lo que sí es raro es que un ritual de buen augurio antes de un partido se termine convirtiendo en una batalla campal, con patadas y puñetazos incluidos, y eso mismo ocurrió en Ghana.

Unos hechiceros se encontraban llevando a cabo el encanto correspondiente, dentro de un estadio, a pocos minutos antes de que comenzara el partido. Cada equipo llevó a su propio brujo.

Todo se salió de control cuando uno de los brujos no estuvo de acuerdo con una técnica realizada por el rival. Entonces, comenzó una pelea a la que se fueron sumando cada vez más personas, por lo que el encuentro futbolístico nunca llegó a jugarse.

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