El Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas y el Instituto de Estudios Avanzados sostuvieron por entonces que Bolívar no había sido asesinado ni había muerto por tuberculosis, como pasó a la historia, sino que había fallecido “de un desequilibrio hidroelectrolítico”.

Según los autores del estudio, Bolívar se había sometido a lavativas rectales por recomendación de su médico Próspero Reverend para tratar una infección de colon.

Este tratamiento, que el prócer debía realizar cuatro veces por día le produjo un desequilibrio hidroelectrolítico que le provocó la muerte según informó, por entonces, Últimas noticias. Así se supo que los estudios genéticos realizados a sus restos se habían centrado sobre todo en su dentadura, porque su cuerpo había sido barnizado y el ADN se había estropeado.

Con base en ese informe, sí podía concluirse que “los restos que honramos en el Panteón Nacional son los del más grande de América, el Libertador Simón Bolívar”, en palabras del vicepresidente Elías Juaua. Pero los resultados que arrojaba este informe sobre la muerte del héroe patrio no podían tomarse como definitivos.

“Continuaremos trabajando con las muestras que tenemos para identificar las causas de la muerte, porque en lo personal, más que certezas, quedaron más dudas sobre la causa de la muerte de Simón Bolívar”, indicó el vicepresidente.

El nombre completo del Libertador era Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar y Palacios Ponte y Blanco. Nació en Caracas en 1783 y es recordado en América por haber fundado la Gran Colombia y por haber contribuido a los procesos independentistas de América.

Fuente: Infobae