Las fuerzas estadounidenses rociaron el Agente Naranja en grandes zonas de la selva vietnamita entre 1960 y 1971, durante el conflicto armado. Un millón de personas, entre ellos 150 mil niños, resultaron afectadas por este químico.

Los pequeños sufren una gama de deformidades físicas y trastornos mentales. Incluso, a algunos les faltan extremidades o presentan deformaciones, mientras que otros tienen daños permanentes en la columna vertebral.

Muchos son sordos, ciegos y mudos, y estarán postrados en cama durante la mayor parte de sus vidas. “Los niños están viviendo en condiciones terribles y sufren afecciones causadas por los productos químicos que mi país usó contra ellos”, dijo Matt Lief Anderson.