Un niño de 13 años quedó atrapado en una estrecha grieta entre dos paredes sin ninguna posibilidad de moverse. La terrible pesadilla ha ocurrido al noroeste de China y duró nada menos que diez largas horas.

Mientras lo rescataban los bomberos le daban agua e intentaban tranquilizarlo, pero sacarlo no fue una tarea fácil. Sin embargo, tras varios intentos y con mucho cuidado, consiguieron derribar parte del muro.

Finalmente, los bomberos lo sacaron sano, salvo y muerto de miedo. Lo que no se sabe todavía es cómo se las arregló para meterse ahí dentro.

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