El ojo de la tormenta llegó a la costa cerca de la localidad de Cape Lookout, con vientos sostenidos de 140 kilómetros por hora.

Los meteorólogos bajaron horas antes la categoría de Irene a la de un huracán de categoría 1 en la escala de intensidad Saffir-Simpson, aunque consideron que el fenómeno sigue siendo extremadamente peligroso.

En la costa de Carolina del Norte había miles de personas sin energía eléctrica, protegidas en refugios o ciudades más alejadas del mar. Se registran lluvias torrenciales y vientos fuertes en una zona extensa del estado.