Con arengas como “El pueblo unido jamás será vencido”, estas personas protestaron ante el Parlamento de ese país.
La policía montada intentó replegar a los manifestantes. También utilizó bombas lacrimógenas.
Por 39 votos a favor, el Senado guaraní declaró culpable al mandatario paraguayo por un violento desalojo que dejó seis policías y nueve campesinos muertos en Curuguaty, y aprobó su destitución del cargo.