El ministro del Interior de Venezuela, Miguel Rodríguez, afirmó que los supuestos sicarios colombianos contratados en agosto pasado para matar al presidente Nicolás Maduro cobraron US$10.600.

Según informa la Agencia Venezolana de Noticias, Rodríguez intercambió “datos con el cuerpo de inteligencia” de Colombia sobre el plan, llamado “Operación Carpeta Amarilla”.

A mediados de agosto, el gobierno venezolano anunció la detención de los dos supuestos mercenarios colombianos que iban a disparar contra Maduro, ocasión en la cual el presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello, involucró al exmandatario colombiano, Álvaro Uribe.

El gobierno venezolano ha denunciado varios complots e intentos de magnicidio, incluyendo el que justificó la ausencia de Maduro a la última Asamblea General de Naciones Unidas.