Al momento que al cardenal Giovanni Battista le preguntaron “¿Quo nomnie vis vocari?” (¿Con qué nombre quieres ser llamado?), el respondió “Vocabor Franciscus” (Me llamaré Francisco).

El nombre adoptado se debió en homenaje a San Francisco de Asís, el hijo de un comerciante que decidió *servir a Dios y vivir bajo la más estricta pobreza y observancia de los Evangelios.

Esta preferencia parece ser un indicativo de cómo desea que se vea su pontificad, el de un jesuita austero que lleva una vida discreta y que cultiva el bajo perfil.

Aunque no se formó bajo la orden de los franciscanos, admira la opción de la vida modesta.