Terrible. Cuando recién ingresó a la universidad de California (), , una ciudadana mexicana, fue violada sexualmente por Gonzalo Ramírez. Meses después le contó a su novio y este cercó a Ramírez y lo mató. Ella fue obligada a ver todo y callar. Todo esto ocurrió en 1995 y ahora, 21 años después, fue condenada a seis años de cárcel por ese homicidio.

La sentencia decretada este pasado viernes en los tribunales del condado de Orange marcó el final de un caso problemático que tuvo muchas interrupciones y terminó cuando ella regresó a USA.

el inicio de la historia

Norma Patricia Esparza, natural de Aguas Calientes, México conoció a su presunto victimario en un centro nocturno de Santa Ana en marzo de 1995 cuando ella estudiaba en la Universidad de Pomona.

Esparza declaró durante su juicio que luego de conocer a Gonzalo Ramírez en un pub de Santa Ana, él la acompañó a su dormitorio y abusó de ella. Luego le contó a su novio y ocurrió la tragedia.

A pesar de las investigaciones, las autoridades nunca pudieron demostrar que Gianni Van y sus tres amigos eran los asesinos. Para asegurarse de que nunca hablaría, este sujeto obligó a Esparza a casarse con él. El asesinato quedó sin resolver por más de una década.

empieza la tragedia

En 2004 Esparza se separó y divorció de Van y se fue a vivir a Europa. La mexicana obtuvo su doctorado en psicología y se convirtió en una prestigiosa profesora en la Universidad Webster ubicada en Ginebra. Durante su estadía en Europa, Esparza se casó nuevamente con un activista defensor de los derechos humanos y ambos se fueron a vivir a Francia.

Todo cambió cuando en 2012 decide regresar a USA para pasar sus vacaciones. Ahí fue arrestada y procesada por la muerte de Ramírez.

Tras dos años alegando su inocencia, Esparza logró un acuerdo para declarar en contra de su exesposo Gianni Van, quien confesó su crimen para evitar la cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional.

el juicio

Norma Patricia Esparza se declaró culpable “porque no quería correr el riesgo de ir a juicio y perder la oportunidad de criar a su hija de 7 años. Ahora está en prisión y saldrá libre el 2018.

Sin embargo la tragedia para ella no termina, pues su esposo fue diagnosticado con cáncer a la próstata y le queda poco tiempo de vida.