Estados Unidos. Esta es la historia de Melissa Matos, madre de dos niñas, que se encerraba en el dormitorio y se drogaba mientras sus hijas se hallaban en la habitación contigua.
Durante ese tiempo oscuro, ella pasó días dopada en su lúgubre baño y esta situación se prolongó casi por una década.
Ahora rehabilitada, la mujer de 40 años, ha revelado cómo fue traída de vuelta por el amor de sus hijas Katherine y Elisabeth.
Melissa, de Parkersburg, West Virginia, señaló al medio The Mirror: “Mi hija mayor me traía comida y bebidas, me frotaba la cabeza, se quedaba a mi lado como lo haría una madre cuando su hijo estaba enfermo”.
“Ella miraba a su hermanita, la ayudaba con la tarea y la preparaba para la escuela. Mis hijos siempre estuvieron a mi cuidado. Estaban en la casa, jugando o durmiendo. Yo me drogaba en privado, en mi habitación o baño”, revela Matos.
“Lo que más recuerdo es mi dormitorio. Mis paredes tenían salpicaduras de sangre por tratar de destapar las agujas. Las sábanas de mi cama siempre tenían sangre y el cigarrillo me dejaba quemaduras por quedarme dormida después de usar heroína o xanax”, señaló la mujer.
Matos asegura que cuando llamaron a los servicios de Protección Infantil y se enfrentó a la pérdida de sus hijas, ese fue el día en que encontró la sobriedad.
La exadicta ha estado limpia desde el 1 de marzo de 2016, y ha cambiado su vida, ahora trabaja con Alcohólicos Anónimos y como escritora y oradora pública concientizando sobre la adicción a las drogas.