Los líderes de la Unión Europea (UE) decidieron preparar nuevas sanciones contra Rusia ante la escalada “dramática” de tensiones en el este de Ucrania, pero se toman una semana para consensuarlas y con ello dan margen a Moscú para sentarse a negociar con Kiev una solución política a la crisis.

El presidente saliente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, explicó que los jefes de Estado y de Gobierno están “determinados a poner toda la presión posible sobre Rusia para que se siente a la mesa de negociación y se encuentre una solución política a la crisis, porque “no hay ninguna solución militar”.

La UE, reconoció, no tiene muchos medios a su disposición para conseguir este objetivo, pero las sanciones económicas adoptadas antes del verano están teniendo “un impacto visible en la economía de Rusia” y tras la “dramática escalada de las tensiones en los últimos tres días” en el este de Ucrania, “todos los esfuerzos deben dirigirse a detener el derramamiento de sangre y evitar lo peor”.

Van Rompuy dijo que no hay ningún “criterio preciso” para activar las nuevas sanciones, pero “todo el mundo es plenamente consciente de que tenemos que actuar rápidamente dada la evolución sobre el terreno y la trágica pérdida de vidas”.

Los líderes europeos han encargado a la Comisión Europea (CE) que prepare de manera “urgente” propuestas para las nuevas sanciones, pero tanto Van Rompuy como el presidente del Ejecutivo comunitario, José Manuel Durao Barroso, señalaron que ya están listas todas las opciones.

Las consultas con los países comenzarán a partir de la próxima semana para estar preparados dentro de siete días.

Los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea (UE), que se reunieron el sábado con el presidente ucraniano, Petró Poroshenko, condenaron “el cada vez mayor flujo de combatientes y armas desde territorio ruso hacia el este de Ucrania”, así como “las agresiones por parte de fuerzas armadas rusas en suelo ucraniano”.

Fuente: EFE