Irónico. “Si la naturaleza fuera capaz de encontrar una manera de cubrir estas naranjas, no tendríamos que gastar tanto plástico”, escribió en en tono sarcástico Nathalie Gordon, adjuntando la foto de mandarinas peladas dentro de un pote de plástico, sin imaginar que su comentario haría explotar las redes sociales y daría la vuelta al mundo.

Las críticas han venido por todos los flancos, desde lo perezosa que pueden ser las personas, lo ridículo de vender la fruta pelada o de lo nocivo que es el plástico para los consumidores y que se expone, lamentablemente, en los alimentos.

La foto fue tomada en el centro comercial Whole Food de Londres y, lo que pareció una buena idea al principio, se convirtió en una ola negativa cargada de críticas, burlas y denuncias de todo tipo.

Debido a esto, el centro comercial tuvo que dar marcha atrás y, tal y como comenzó todo, hicieron el anunció también por Twitter: “Sin lugar a dudas, nuestro error. Han sido retiradas. Te hemos escuchado y las dejaremos en su embalaje natural: la cáscara”.


La “moda” se extiende hasta Canadá

En Ontario, Canadá, el supermercado Sobeys publicó la imagen de una palta partida a la mitad, sin pepa y envuelta en plástico para la venta. Esto, por supuesto, generó indignación en varios consumidores, incluso, una publicó un mensaje en Facebook alertando de esto:

“Estoy sorprendida y decepcionada después de que un amigo publicara una foto de un aguacate a la venta en una sucursal de Sobeys en Thornhill, Ontario. Ha sido precortado, luego envuelto en plástico y cartón. Las paltas tienen su propio empaque orgánico y perfecto. Sólo mencionar, el empaque resulta extraño. Es un desperdicio”.

El centro comercial respondió y justificó de esta manera la venta de la palta: “Ha sido desarrollado para gente que es nueva en el consumo de paltas y para una mejor conveniencia. Elimina el trabajo de adivinar para saber si está maduro y quita los retos si no estás familiarizado con pelar una palta fresca”.