Turquía vivió una jornada sangrienta con un atentado de bomba perpetrado en una zona residencial de , donde un convoy militar fue atacado, causando al menos 28 muertos y 61 heridos, de acuerdo a un primer balance oficial.

El viceprimer ministro y portavoz del Ejecutivo islamista turco, Numan Kurtulmus, indicó por la noche ante la prensa que este incidente es un “ataque contra toda la patria”.

A su vez, destacó que entre los fallecidos hay también varios civiles, aunque no precisó cuántos son ni atribuyó el ataque de este miércoles a grupo alguno.

El ataque tuvo lugar a las 16.31 GMT en una calle del centro de Ankara, a cientos de metros del cuartel general de las Fuerzas Aéreas turcas, del ministerio de Interior y del Parlamento.

El portavoz del Gobierno turco describió el ataque como “bien planificado” y prometió revelar todas sus conexiones en cuanto se investigaran”.

Una treintena de ambulancias llegaron en cuestión de minutos al lugar de hechos, mientras que las fuerzas del orden impidieron el acceso a los periodistas y las cámaras de televisión.

Varios analistas turcos, entrevistados por las cadenas de televisión, apuntaron como principal sospechoso un comando del ilegal Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK).

Aunque la guerrilla suele actuar sobre todo en el sureste del país, de mayoría de población kurda, la detonación de bombas al paso de convoyes militares es un método habitual del PKK.

El grupo volvió a la lucha armada en julio de 2015 tras romper una tregua y proceso de paz que había durado más de dos años.

Desde entonces han fallecidos cientos de guerrilleros y decenas de agentes de las fuerzas de seguridad turcas.

Fuente: EFE