La peculiar mascota duerme en una perrera en su recinto en el jardín, juega con los otros perros e incluso mueve la cola cuando es hora de comer.

Todd se comporta como un perro, con la única diferencia de que refleja mayor hiperactividad, tal y como explica Emma D’Sylva al Daily Mail. “Al principio era mucho más inquieto, con el tiempo ha aprendido a relajarse al observar a los otros perros”, añade.

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Emma tampoco es una propietaria común, ya que aparte de con Todd, convive con 40 mascotas más, algunas igual de exóticas que el pequeño zorro que cree que es un perro.

El hecho de que haya sido criado en cautividad y que nunca haya estado en el medio salvaje, ha hecho de Todd un compañero perfecto para Emma.

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