Según el diario ABC de España, un caso se dio en 1974 cuando la ciudad de Darwin, en Australia, había quedado arrasada por el ciclón Tracy el día de Navidad; en realidad la superluna fue el 8 de enero.

También hacen referencia al tsunami y terremoto de Sumatra que tuvo lugar el 26 de diciembre de 2004, pero en ese año, no hubo una superluna destacable.

O el devastador terremoto y tsunami de Japón de 9 grados que creó olas de más de 40 metros de altura del 11 de marzo de 2011, aunque la superluna apareció el 19 de marzo.

La superluna del 23 de junio no traerá consecuencias catastróficas. No habrá terremotos, erupciones volcánicas o huracanes, solo un aumento de las mareas que se harán más extensas en las costas, penetrando el agua algunos centímetros más de lo normal en tierra.

El pequeño aumento de la fuerza de la gravedad de la Luna sobre nosotros, por su acercamiento, es insuficiente para provocar algún fenómeno catastrófico. En cualquier caso, si para el día 23, hubiera un terremoto, por ejemplo, sería fruto de la casualidad.

Fuente: Diario ABC