Un ciudadano etíope de 30 años secuestró este lunes un avión de Ethiopian Airlines que realizaba el trayecto de Addis Abeba a Roma, para hacerlo aterrizar en el aeropuerto de Ginebra y pedir a las autoridades suizas asilo político.

El autor del secuestro, que no iba armado, se entregó inmediatamente a la policía al llegar a Ginebra, ciudad a la que se dirigió “con la intención de solicitar asilo porque considera que su vida corre peligro en su país”, informó en rueda de prensa el portavoz de la Policía de Ginebra, Eric Grandjean.

El secuestrador, que era el copiloto de ese vuelo ET-702, aprovechó un momento en el que el piloto salió al servicio para encerrarse en la cabina de mandos y tomar el control del aparato, según el relato de los hechos ofrecido por el portavoz policial en una rueda de prensa en el mismo aeropuerto pocas horas después del suceso.

Una vez se quedó solo al mando de avión, el copiloto se puso en contacto con la torre de control del aeropuerto de Ginebra para pedir permiso para aterrizar en él alegando problemas técnicos; aunque media hora después, él mismo activó la alerta de secuestro, cuando el aparato sobrevolaba el sur de Italia.

Diez minutos después del aterrizaje, el copiloto salió del avión por una ventana de la cabina ayudado de una cuerda y se dirigió hacia el primer agente de policía que vio, ante el que se identificó como responsable de lo ocurrido.

Según la televisión estatal de Etiopía, el avión contaba con 193 pasajeros, de los que 140 eran ciudadanos italianos, según informó la agencia Efe.