Durante la última década, Steve Jobs casi siempre llevaba la misma ropa. Vestía una camiseta negra de cuello alto de la marca St. Croix, un jean Levi 501 y zapatillas New Balance. Según declaró el propio Jobs en una entrevista, tenía en su placard más de 100 reproducciones de cada prenda.

Steve Chazin, un antiguo ejecutivo de marketing de la compañía, explicó la razón de su vestimenta. “Él (Jobs) no quería que ningún individuo hiciera sombra a la marca, lo que lo incluía a él”, contó en una entrevista al diario The New York Times.

En cambio, desde su círculo íntimo, aseguran que nunca se preocupó por su apariencia, ni antes ni después de ser el fundador de Apple.

Además de ser un gran innovador y cambiar la era digital, Jobs también destruyó la imagen del jefe como un señor vestido de traje y corbata. Su legado estético lo siguen nerds de todo el mundo, como el joven creador de Facebook, Mark Zuckerberg.

No obstante, ese look no lo acompañó desde en sus inicios. En 1980, regularmente en sus apariciones públicas vestía llamativos trajes italianos y era conocido, incluso, por usar corbata de lazo de colores. Su aspecto distintivo fue parodiado por los cómicos en esa época.

Su estilo de vida guiado por la idea de la simplicidad lo llevó no sólo a sus exitosos dispositivos, como el iPad y iPhone, sino también a la hora de presentarse ante los demás, informó Infobae.com.