La tragedia, según el ‘diario Mirror’, ocurrió el pasado 4 de marzo, pero la Policía de Lancashire y el Consejo de Blackpool hicieron públicas las fotografías de la casa durante el juicio. El estado ambiental en que “sobrevivía” Sophie Jones era patético, según muestran las imágenes.

Ese día, King había enviado varios mensajes de texto a uno de sus “clientes” a quien le reprochaba deberle 25 libras. Antes, la mujer se contactó con uno de sus ‘dealers’ a quien le compró crack. Al llegar a su casa continuó con su rutina hasta que notó que su hija estaba mal.

A las 11:40 de esa mañana la mujer llamó finalmente a una ambulancia. La frialdad asusta: “Hola, tengo una hija de dos años y creo que no está respirando. ¿Podrían enviar una ambulancia, por favor?”

La ambulancia llegó tres minutos después. Desde el otro lado de la línea un especialista en urgencias le explicaba a King y Jones cómo reanimar a la pequeña. Vómitos por todos lados y un poco de sangre fue lo primero que los paramédicos vieron. El cuadro era desolador.

Mientras la niña moría en el hospital los padres se preocupaban por las drogas que se encontraban en su casa. Los mensajes se cruzaban: “No las tires, escóndelas”. La policía encontró todo y el vaso de Tom y Jerry, el favorito de la pequeña Sophie, quien ya había muerto.

Fuente: Infobae.com