Hace unas semanas la foto de Hudea, una niña siria de 4 años que levantó las manos al confundir una cámara fotográfica con un arma, conmovió al mundo.

La imagen, tomada por un fotógrafo turco en un centro de refugió en la frontera con Turquía, revelaba el terror que sentía la pequeña testigo de la guerra civil que afronta su país, además de la amenaza terrorista de Al Qaeda y del Estado Islámico.

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Según indicó Dailymail, citando a un fuente anónima, la pequeña y su familia habrían abandonado el centro hace dos semanas para ir a una aldea de la provincia de Idlib, que lamentablemente cayó en manos de Al Nusra, filial de Al Qaeda.

El diario británico informa que los radicales ya comenzaron con sus ataques bombas en la ciudad y asesinatos a pobladores que no cumplen con los mandatos del Corán.

También señala que la familia está en peligro de convertirse en víctimas de una batalla entre el régimen y los rebeldes que ha matado a 220 mil personas desde 2011, 10 mil de los cuales eran niños.