La imagen de una niña con los brazos en alto tras confundir una cámara fotográfica con un arma de fuego dio la vuelta al mundo y causó conmoción. Muchos cibernautas indicaron que la foto reflejaba la tragedia que viven miles de niños atrapados en la guerra civil que afronta ese país. Otros, en cambio, pusieron en duda su veracidad e indicaron que se trataba de un montaje.

Se afirmaba que en realidad no se trataba de una niña, sino de un niño. Algunas hipótesis, aseguraban que había sido tomada en 2012 y no en el escenario actual. BBC halló al autor de la polémica foto, tras conocer varias historias alrededor de ella.

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Osman Sağırlı afirmó que el retrato no era de un niño, sino de una niña de cuatro años llamada Hudea y la imagen fue tomada en el campo de refugiados de Atmeh, en Siria, en diciembre de 2014.

“Estaba usando un lente con teleobjetivo y ella pensó que era un arma. Me di cuenta que estaba aterrorizada después de que vi la foto porque se mordió los labios y levantó las manos. Normalmente los niños salen corriendo, esconden sus caras o sonríen cuando ven una cámara”, indicó.

El fotógrafo explica que las imágenes de los niños en campamentos son particularmente reveladoras.

“Uno sabe que las personas en los campamentos están desplazadas. Tiene más sentido ver el sufrimiento no a través de los adultos, sino de los niños. Son ellos los que reflejan lo que se siente con su inocencia”, refirió.

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