Un documental de 30 minutos llamado “Cladestinamente”, que fue filmado en secreto por un grupo de prisioneros aliados en la II Guerra Mundial en un campo de Austria, cerca de la frontera con Checoslovaquia, fue divulgado esta semana.

Este material de archivo es tan profesional que la primera vez que se observa es fácil creer que se trata de una reconstrucción de posguerra. Arriesgando sus vidas, lo grabaron con una cámara secreta que construyeron a partir de piezas que metieron al campo oculto en salchichas.

Los prisioneros habían descubierto que los soldados alemanes sólo controlaban la comida al cortarla por la mitad. Así que escondieron las piezas en los extremos.

Después de armarla, guardaron la cámara en un diccionario ahuecado en la biblioteca del campo. Los rollos de 8mm los llevaban ocultos en los tacones de los zapatos.

La filmación da una idea de las condiciones de vida dentro del campo. La poca comida, las búsquedas sin previo aviso. Lo filmaron todo, incluso bajo las narices de los guardias.

El teniente Jean Cuene Grandidier estuvo preso allí y formaba parte del comité de escape. El mes pasado cumplió 100 años. “Cavamos una serie de túneles desde los refugios donde nos alojábamos”, aseguró.

“Era visto como una forma de resistencia. Nunca nos castigaban. Los alemanes parecían aceptarlo. La distancia al alambre era demasiado grande. Y, en cualquier caso, los guardias eran inteligentes. Siempre encontraban los túneles que empezábamos, buscaban la tierra que sacábamos”.

Fuente: BBC