Poco antes de las 19:00 hora local, el alférez de navío ucraniano Alexéi Kirílov envió el siguiente mensaje: “Mi barco es asaltado, no puedo seguir hablando”. Ante el alerta, el Ministerio de Defensa informó que había comenzado un operativo contra uno de sus buques de guerra amarrado en el puerto crimeo de Sebastopol.

Minutos después, agregó que los buques Lutsk y Khmelnitsky también habían sido abordados. Las embarcaciones habían sido bloqueadas previamente durante semanas por la flota del mar Negro rusa.

Según el diario Ukrainskaya Pravda, el buque Ternopol había recibido un ultimátum por parte de tropas rusas que lo rodeaban. Éste exigía a los marinos que se rindieran, o serían abordados. Durante la noche, las fuerzas rusas lanzaron varias granadas.

El miércoles, los miembros de las autodefensas de Crimea, apoyados por una turba de civiles, tomaron el cuartel general de la Armada ucraniana en Sebastopol y capturaron a su comandante en jefe, que fue liberado horas después tras varias negociaciones.

Fuente: Infobae.com