No se rindió con su hijo discapacitado. Ahora él estudia en Harvard

Amor de madre. Cuando le dijeron a Zuo Hongyan que no tuviera esperanzas con su hijo que nació con parálisis cerebral, ella hizo lo que toda madre debe hacer: perseverar por el futuro de su pequeño. Tenía en ese tiempo solo 25 años y tomó la decisión más difícil de su vida.

La parálisis cerebral provocó en Ding falta de coordinación y dificultad de movimiento, pero no afectó su capacidad mental.

Los médicos y su esposo no le daban esperanza, estaban de acuerdo que el pequeño Ding Zheng no podría hacer una vida normal y que la vida que enfrentarían sería un infierno, pero Zuo tenía una opinión diferente y radical con respecto a su hijo: hizo oídos sordos a los consejos del médico y se separó de su esposo.

Desde ese momento decidió dedicarse a su hijo. Tuvo hasta tres empleos, pero a pesar de los horarios ajustados Zuo dedicó tiempo para enseñarle a su pequeño lo que debía para enfrentar la vida. El aprendizaje de Ding era lento: se puso de pie recién a los dos años, a caminar a los tres y saltó hasta a los seis.

las enseñanzas

Jugó con él los juegos propicios para incentivar su desarrollo, aprendió terapia de masajes para los músculos rígidos de Ding y pagó el tratamiento de rehabilitación adecuado para su tratamiento.

Zuo le enseñó el uso correcto de los palillos para que pueda comer sin dificultad y que evite de esta forma las explicaciones de su parálisis, también le ayudó a escribir y le instruyó a que estudie mucho, según han informado medios como la Agencia de Noticias Xinhua y el South China Morning Post.

“Yo no quería que se sintiera avergonzado por sus problemas físicos”, dijo la madre a los medios chinos.

fruto del esfuerzo

En 2011, Ding se graduó de la Escuela de la Universidad de Pekín en Ciencia e Ingeniería Ambiental, después obtuvo una maestría de la Universidad de la Escuela de Derecho Internacional de Pekín.

Tras dos años trabajando, medios de China han informado que ha sido admitido en 2016 en la Escuela de Derecho de Harvard. “Nunca me atreví a soñar con la aplicación de Harvard (…) Fue mi madre quien nunca dejó de animarme a darle una oportunidad. Cada vez que tenía cualquier duda, ella me guía hacia adelante”, ha declarado Ding.

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