Boby nació con varias discapacidades: no le funcionan las piernas traseras, tiene problemas de riñones y estomacales, usa pañales; pero sus cuidadores dicen que es feliz. Sin embargo, la Real Sociedad para la Prevención de la Crueldad contra los Animales (RSPCA) quiere sacrificarlo porque “no tiene una buena calidad de vida”.