El síndrome de París fue identificado por el psiquiatra Hiroaki Ota hace ya unos 20 años. Este trastorno se desencadena cuando un japonés viaja a la capital francesa y sus expectativas chocan de frente con la realidad parisina.

Y ya que no era lo que esperaba sufre una fuerte crisis nerviosa. Acto seguido son repatriados a su lugar. Muy interesante lo define como “shock cultural”.

Puede sonar exagerado, pero es tan real que la embajada japonesa tiene una línea telefónica disponible las 24 horas para los turistas que pudieran ser afectados, además de que pueden ofrecerles tratamiento hospitalario de emergencia si es necesario.

La expectativa de los japoneses crece con lo que se ven en la pantalla y entonces llegan a una moderna y bulliciosa metrópolis con habitantes de carácter rudo y vaya que se llevan una gran decepción.