Hace más de 50 años grandes camiones de basura llegaban a la , cerca de Vladivostok (ex Unión Soviética, hoy ), para botar todas las botellas de vidrio inservibles. Este lugar era uno de los basurales más conocidos, pero la naturaleza cambió su rostro con el paso de los años y lo convirtió en un verdadero paraíso de cristal.

El impresionante y fascinante poder de la madre naturaleza transformó las botellas en cristales que ahora alumbran toda la playa. Durante muchos años, las olas del Pacífico Norte erosionaron el vidrio y las convirtieron en guijarros lisos y coloridos.

Mientras que la bahía de Ussuri era antaño considerada una zona peligrosa, las autoridades ahora la consideran una área especialmente protegida llamada Playa del cristal.

(Fuente: Siberian Times)