Los primeros indicios apuntan a un fallo técnico como la causa más probable del accidente en el que murieron 50 personas al estrellarse un avión Boeing 737-500 en el aeropuerto de la ciudad rusa de Kazán, capital de la república de Tatarstán, el domingo.

El piloto del aparato, Rustem Salíjov, decidió abortar el primer intento de aterrizaje y hacer una segunda vuelta, tras lo cual informó a la torre de control del aeropuerto que el avión no estaba listo para tomar tierra.

El Comité de Instrucción (CI) ruso, que ha abierto una investigación del accidente, precisó que se desconocen las causas que llevaron al piloto a desistir del primer intento de aterrizaje y dar una segunda vuelta.

Las aerolíneas “Tatarstán”, que explotaban el aparato siniestrado en régimen de alquiler a la búlgara “Bulgarian Aviation group”, aseguraron que el avión estaba en buenas condiciones técnicas, y que había sido revisado varias veces el día del accidente, en el que ya había realizado otros tres vuelos.