El rey de España, Felipe VI, elogió lo que representan las comunidades aborígenes durante la en sus ediciones de 2014 y 2015, a la líder indígena asháninka de Perú, Ruth Buendía, y la Fundación Caminos de Identidad (Fucai) de Colombia, respectivamente.

El rey de España expresó su “sensibilidad, aprecio, cariño y respeto” hacia los pueblos indígenas, a los que calificó de “pilares esenciales” de la comunidad iberoamericana de naciones por haber “enriquecido” su ser colectivo.

“Las culturas indígenas de América han enriquecido y distinguido el ser colectivo de uno de los principales espacios multinacionales que conforman el mundo de nuestros días: Iberoamérica”, destacó en su discurso Felipe de Borbón.

Agradeció a las comunidades aborígenes su “sentido sincero de hermandad y generosidad y por compartir y hacer entender su sabiduría” y animó a seguir trabajando por el reconocimiento de sus valores en el ámbito multilateral.

Al particularizar en la peruana Ruth Buendía y en la colombiana Ruth Chaparro, la responsable de Fucai, el rey de España subrayó que sus logros “están asociados a la defensa de los derechos de sus comunidades indígenas desde la perspectiva del estado de derecho que ampara los pueblos y a las personas”.

Según Felipe de Borbón “el acervo jurídico que un día lejano llegó de España y se desarrolló durante siglos hasta el día de hoy ha sido el instrumento preciso para hacer valer los derechos” de los pueblos indígenas americanos.

El Premio Bartolomé de las Casas, que lleva el nombre del fraile dominico y cronista español (1484-1566) que simbolizó la protección de los derechos aborígenes, está apadrinado por el ministerio español de Asuntos Exteriores y de Cooperación y la Casa de América.

Dotado con 50.000 euros, se convocó por primera vez en 1991 con el objetivo de reconocer la labor de instituciones o personas destacadas por la defensa de las culturas nativas americanas.

Ruth Buendía logró la paralización del proyecto hidroeléctrico de Patizipatango, una presa que hubiera inundado las tierras en las que se asientan una decena de comunidades en la comarca del río Ene, en la selva peruana.

La activista, cuya familia sufrió la violencia del grupo terrorista Sendero Luminoso, dijo que los asháninkas aspiran a ser ciudadanos peruanos con “plenos derechos y obligaciones” y mostró su confianza en que el premio contribuya a hacer realidad esta meta.

“Nadie es más peruano que nosotros”, dijo Buendía, quien invitó al rey a visitar su comunidad para “devolver el afecto y el cariño” recibidos.

Chaparro recogió el galardón concedido a la Fundación Caminos de Identidad, que en los años 70 y 80 trabajó en la legalización de los territorios indígenas en Orinoquia y la Amazonía colombiana.

La representante de Fucai criticó a aquellos que “quinientos años después”, siguen tratando a los indígenas como seres “inferiores” y siguen invadiendo sus territorios “despreciándoles” en busca de los recursos naturales.

“Si estos pueblos desaparecen, es la humanidad la que pierde. Mientras que haya excluidos, no habrá paz. De estos pueblos aprendió que reinar es servir”, afirmó Chaparro, vestida con bata negra en memoria de las víctimas de “la arrogancia, la exclusión y el racismo”. (EFE)

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