El artefacto está basado en una bicicleta de montaña, cuenta con dos enormes turbinas en la parte frontal y trasera, así como otras dos más pequeñas a los lados. ¿Su peso? 95 kilogramos.

Para realizar las pruebas con este prototipo, sus creadores utilizaron un muñeco para simular la presencia de un conductor, consiguiendo que el vehículo se elevara durante unos cinco minutos para luego aterrizar exitosamente.

Uno de los encargados técnicos del proyecto, Milan Duchek, aseguró que para la bicicleta podrá ser usada por una persona, hasta que tenga baterías más potentes que brinden la suficientemente seguridad.

No queda muy claro cuál es el objetivo de un vehículo de este tipo, pues su comercialización parece prácticamente imposible, debido a su alto precio y al peligro que aún representa.

Fuente: Lapatilla.com