Una joven del fue vendida como esclava sexual a los 14 años a un proxeneta cuando se encontraba en Grecia de vacaciones con su madre. Ella narró en un libro, “Bought & Sold”, el calvario que vivió durante seis años.

Megan Stephens (no es su nombre real) fue obligada a trabajar como prostituta y dormía con hasta 50 hombres al día. En una ocasión fue forzada a tener relaciones sexuales con 110 hombres en tan sólo 22 horas.

Todo se inició cuando ella conoció a un albano de nombre Jak, quien se hizo su novio y que luego la vendió a un traficante de sexo llamado León. Tras quedar embarazada, Jak la hizo abortar a golpes. Ella debía depositarle a Jak el 50% de sus ganancias para ayudar a su madre a tratarse el cáncer de tiroides que padecía.

Megan, que mantiene su ubicación en secreto, pues vive con el temor de que los traficantes sexuales la encuentren y tomen represalias contra su familia, ha escrito un libro de memorias de sus experiencias llamado “Bought & Sold” (“Comprada y Vendida”).

Allí narra su experiencia en los burdeles de Albania, donde pasaba 5 minutos con un hombre distinto a cambio de 20 euros cada uno. Incluso uno de los clientes, que le pagó más por tener relaciones sexuales sin condón, le contagió sífilis.

Tras ser obligada a prostituirse durante seis años, entre Grecia, Italia y Albania, la joven intentó suicidarse. Estuvo tres meses internada en un hospital, donde le contó a médicos y enfermeras su calvario. Tras ponerse en contacto con las autoridades, volvió con su madre a Reino Unido, aunque la relación se quebró para siempre.

Después de regresar al Reino Unido, Megan luchó con sus problemas de alcohol y sólo recién en el último año y medio ha sido capaz de enfrentarse a lo que pasó y dejar de culparse a sí misma. Incluso se refugió en una iglesia.

Ahora ella está realmente feliz con su pareja y ambos esperan el nacimiento de su primer hijo en marzo. “He tendido a escoger el tipo equivocado de gente y he tenido problemas de confianza y no funcionó de ambos lados”, explicó.

“Pero me mudé lejos de casa y fui a rehabilitación, y conocí a este chico de mi iglesia. Empezamos como amigos. Es la primera vez que me he enamorado de la personalidad de alguien. Es increíble y eso me ha ayudado mucho”, agregó.