De esta manera, el 11 de octubre será la fiesta de San Juan XXIII y el 22 de octubre, la de San Juan Pablo II. Fue luego de la inscripción de ambos en el libro de los santos de la Iglesia.

El evento sirvió para la reaparición del papa emérito, Benedicto XVI, tal y como estaba previsto, en la ceremonia de canonización. Lo hizo media hora antes del inicio de la ceremonia, vestido completamente de blanco y con su mitra.

A su llegada fue recibido por un caluroso aplauso y saludado por las autoridades que llegaban a la zona preferencial para concelebrar la ceremonia.

El papa teólogo se sentó entre los cardenales, a la izquierda del altar mayor en el que el papa Francisco ofició el rito de ascensión a los altares de sus predecesores Juan XXIII y Juan Pablo II.

Se trata, según ha venido refiriéndose, de un acontecimiento histórico dado que en la misma plaza, dos pontífices vivos, uno en el cargo y otro jubilado, presenciaron la santificación de otros dos pontífices tan cercanos en el tiempo.