Este año la pregunta que elaboraron fue: ¿qué es lo que nos debería preocupar?, gracias a esto la ciencia nos puede enseñar cómo preocuparnos mejor, y cuándo dejar de preocuparnos.

El biólogo Craig Venter, quien encabeza el* desarrollo científico de la vida artificial o sintética*, se muestra un poco consternado por la persistencia de personas “no vacunadas” que pueden ser caldos de cultivo para virus y bacterias e infiltrarse a la sociedad, según informó Pijamasurf.com

Brian Eno se preocupa de que la mayoría de las personas inteligentes no quieren tener nada que ver con la política.

El físico e informático W. Daniel Hills se preocupa de que “los motores de búsqueda llevan tiempo siendo los jueces de lo que es importante; ahora empiezan a ser árbitros de la verdad”. Desde ahora en adelante estos motores de búsqueda tendrán un punto de vista editorial, y los resultados de búsqueda reflejarán ese punto de vista. No podemos seguir ignorando las asunciones detrás de los resultados”.

Kevin Kelly, ex editor de Wired, se preocupa por “la bomba de la subpoblación”, sugiriendo que más peligrosa que la amenazante sobrepoblación, es la subpoblación, un decrecimiento en el deseo de llenar el mundo y una humanidad en la que predominarán personas de más de 60 años de edad.

El director de cine Terry Gilliam, ex Monty Python: “Ya dejé de hacer preguntas. Solo floto en un tsunami de aceptación de lo que sea que la vida me arroje, y me maravillo como estúpido”. (Esa fue su respuesta completa)

Fiel a sus críticas de la tecnología y el Internet como ejes enajenantes, Evgeny Morozov señala: “Me preocupa que conforme el poder para resolver problemas de nuestras tecnologías aumenta, nuestra habilidad para distinguir entre problemas importantes, triviales o incluso inexistentes, se deteriora”.

Tim O’Reilly hace referencia a una preocupación, que se reitera en varias de las respuestas y tiene que ver con la globalización y la homogenización de nuestra cultura, lo que algunos argumentan es un cauce hacia la falta de diferencia y la poca producción de modos alternos de existencia.

Douglas Rushkoff, el analista de medios y filósofo de la comunicación, dice: “Debemos preocuparnos de la caída del sistema nervioso humano. Deberíamos de preocuparnos de que algo, probablemente ambiental, pero posiblemente más sutil que eso, está afectando nuestra capacidad de procrear nuevos seres humanos con aparatos perceptuales que funcionen coherentemente.