“Parecía una película. Empezamos a correr para llegar arriba y ahí nos dijeron que fuéramos al camarote. Nos aseguraban que no era más que un desperfecto técnico”, afirmó Jonathan Balaban, un pasajero argentino del crucero que encalló en las costas de Italia.

“Iba todo perfecto hasta que fuimos a cenar y empezamos a sentir como si el barco rozara contra algo. Ahí empezó a temblar y a inclinarse. Se apagaron las luces y comenzaron a caerse las cosas”, advirtió Balaban.

Reveló que cuando el capitán del barco ordenó que bajaran los botes salvavidas, la gente “empezó a enloquecer”.

“Era una situación de pánico importante. El barco estaba muy inclinado. Realmente parecía una película. Las cosas se caían”, explicó antes de indicar que cuando se alejó de la embarcación pudo comprender “la magnitud de la tragedia”.

Hasta ahora las autoridades italianas han confirmado tres muertos en el naufragio, aunque aún están sin localizar un total de 70 personas, de las 4.229 que iban a bordo del crucero “Costa Concordia”, que encalló cerca de la isla italiana de Giglio, en aguas de la región de Toscana.

Fuente: Efe