“El Gobierno debe tomar medidas urgentes para evitar una mayor violencia relacionada con la caza de brujas y proporcionar apoyo a los sobrevivientes”, recalcó Amnistía Internacional.

La quema de brujas, la tortura y la brujería son todavía comunes en Papúa Nueva Guinea, donde las creencias primitivas y una forma local de vudú perduran en medio de un auge del oro.