El papa Francisco denunció las guerras, los conflictos económicos que se abaten sobre los más débiles, la sed de dinero y de poder, la corrupción, los crímenes contra la vida humana y contra la creación y dijo que con Cristo se puede vencer el mal que hay en los hombres y el mundo.

El Obispo de Roma recordó la entrada de Jesús en Jerusalén y afirmó que no lo hizo para recibir los honores reservados a los reyes de la tierra sino para ser azotado, insultado y ultrajado.

El papa Bergoglio subrayó que Jesús tomó sobre sí el mal, la suciedad, el pecado del mundo, “también el nuestro, y lo lavó, lo lavó con su sangre, con la misericordia, con el amor de Dios”.

El papa dijo también que un cristiano jamás puede ser una persona triste y les exhortó a no dejarse vencer por el desánimo “incluso en los momentos difíciles, aun cuando el camino de la vida tropieza con problemas y obstáculos que parecen insuperables”.

“Nunca os dejéis vencer por el desánimo. Nuestra alegría no es algo que nace de tener tantas cosas, sino de haber encontrado a una persona, Jesús; de saber que, con él, nunca estamos solos, incluso en los momentos difíciles, aun cuando el camino de la vida tropieza con problemas y obstáculos que parecen insuperables…, y ¡hay tanto”.

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