En la última audiencia general de 2013, desde la Plaza de San Pedro del Vaticano, el Sumo Pontífice recordó que la próxima Navidad es una “fiesta de confianza y esperanza”, en la que hay que “reconocer en la cara de nuestro prójimo, sobre todo en los más débiles y marginados, la imagen del hijo de Dios hecho hombre”.

“En Navidad, Dios se manifiesta no como alguien que está en lo alto y domina el universo, sino que se agacha, baja a la Tierra, humilde y pobre. Para ser iguales que él, no tenemos que ponernos por encima de los demás, sino agacharnos, ponernos al servicio, hacernos pequeños con los pequeños y pobres con los pobres”, expresó Francisco.

“Es una cosa fea cuando se ve a un cristiano que no quiere agacharse, que no quiere servir. Un cristiano que se pavonea es feo. Ése no es cristiano, es pagano. El cristiano sirve y se agacha”, agregó.

El Papa, quien antes de la catequesis hizo el habitual recorrido por la Plaza de San Pedro a bordo del jeep y bebió mate que ofreció uno de los fieles, realizó un discurso con la Navidad como hilo argumental.

“La Navidad es una fiesta de confianza y esperanza, que supera la incertidumbre y el pesimismo. Y la razón de nuestra esperanza es ésta: que Dios está con nosotros y Dios se fía aún de nosotros”, dijo Francisco.

Fuente: EFE