El papa Francisco condenó la pena de muerte por ser una “ofensa a la inviolabilidad de la vida y a la dignidad de la persona”, e instó a la comunidad internacional a abolirla y a mejorar las condiciones de reclusión de los presos.
“Deseo hoy alentar a todos a trabajar no solo por la abolición de la pena de muerte, sino también por la mejora de las condiciones de reclusión, para que respeten plenamente la dignidad humana de las personas privadas de libertad”, dijo.
Jorge Bergoglio subrayó que en los últimos tiempos “la opinión pública” ha desarrollado una “creciente oposición a la pena de muerte, incluso como una herramienta de legítima defensa social”.
Afirmó que “hoy día la pena de muerte es inadmisible, por grave que haya sido el delito del condenado”, y que “es una ofensa a la inviolabilidad de la vida y a la dignidad de la persona humana que contradice el designio de Dios sobre el hombre y la sociedad y su justicia misericordiosa”.
El pontífice argentino sostuvo que esta práctica “no hace justicia a las víctimas, sino que fomenta la venganza”, y apuntó a que “el mandamiento ‘no matarás’ tiene valor absoluto y abarca tanto a los inocentes como a los culpables”.
El papa Francisco ha condenado en diversas ocasiones la pena de muerte, como cuando viajó a Washington en septiembre de 2015 y abogó en el Congreso de Estados Unidos por la “abolición mundial” de esta medida.
Además, el pasado febrero pidió que durante la celebración del Jubileo Extraordinario de la Misericordia, en curso hasta el próximo 20 de noviembre, no se aplicase en ningún país del mundo la pena de muerte. (Fuente: EFE)