“Saltando de techo en techo, con barba y los pies descalzos”, el mandamás del todopoderoso cartel de Medellín, Pablo Escobar, murió a manos del Bloque de Búsqueda en 1993.

Según un informe de ‘La Tercera’, Escobar cayó tras haber cometido el error de efectuar en sus últimos días de vida varias llamadas telefónicas a su familia, que fueron interceptadas por la policía.

Los agentes que pusieron fin a la existencia del capo más buscado fueron seleccionados entre los más expertos en operaciones de comando del Bloque de Búsqueda, con el propósito de capturar al jefe del cartel de Medellín, un mes después de que se fugara, la madrugada del 22 de julio de ese año, de la cárcel “La Catedral” de Envigado.

Según relata el periodista y escritor norteamericano Mark Bowden en su acucioso libro de investigación Killing Pablo (Matando a Pablo), en la tercera semana de noviembre de 1993, el narcotraficante había fijado su residencia en la casa 45D-94 de la calle 79, de Medellín, “una vivienda de ladrillos, de dos plantas, sencilla y con una palmera achaparrada enfrente”. “El taxi que utilizaba como cabina telefónica portátil era conducido por su único guardaespaldas y compañero, Alvaro de Jesús, alias ‘Limón’”, agrega.

Después de un año y cuatro meses de intensas labores de inteligencia, el Bloque de Búsqueda, que tenía ubicadas antenas de vigilancia en las colinas que rodeaban Medellín*, fijó el martes 30 de noviembre el origen de una de las llamadas de Escobar en el barrio de Los Olivos.

Ese día, Escobar volvió a llamar y habló durante bastante tiempo con su hijo, su esposa y su hija, quienes le desearon un feliz cumpleaños. “Acababa de cumplir 44 años y lo celebró con marihuana, una tarta y un poco de vino”, afirma Bowden.

“Aquel jueves 2 de diciembre de 1993, Pablo se despertó, como solía, un poco antes del mediodía. Comió un plato de espagueti y echó su grueso cuerpo de nuevo en la cama, pero esta vez con el teléfono inalámbrico”, señala el libro.

A las 13:00 horas, Escobar intentó varias veces llamar a su familia haciéndose pasar por un periodista de radio. El Bloque de Búsqueda calculó que el llamado provenía nuevamente de Los Olivos.

Aguilar “dejó de fijarse en la pantalla y comenzó a observar las casas detenidamente, una por una”. Hasta que reconoció a “un hombre gordo asomado a la ventana de la segunda planta. Llevaba el pelo negro, rizado y largo, y barba”. Era Escobar.

Luego de unos 10 minutos comenzó la cacería. “‘Limón’ saltó desde la ventana de atrás al tejado apenas el equipo de asalto hubo irrumpido por el frente… Recibió varios impactos mientras corría”.

“El segundo en salir fue Pablo. Según los policías allí presentes, al cruzar corriendo el techo recibió los impactos de los hombres que disparaban desde el callejón y del mayor Hugo Aguilar, que se había subido al tejado de la casa contigua”. Sólo ellos estaban disparando.

La autopsia reveló que Escobar recibió tres balazos: en su pierna derecha, en la espalda y en el centro de su oreja derecha.