Olalla Oliveros dejó su prometedora carrera en 2010 para unirse a la Orden de San Miguel Arcángel, una asociación católica con sedes en España y Portugal, dedicada al cuidado de ancianos y enfermos.

Cuatro años después de dejarlo todo para convertirse en monja, una serie de denuncias han puesto en medio del escándalo a su orden religiosa. Se dice que esta realiza actividades dignas de una secta y que además habría cometido varios delitos, entre ellos presuntos abusos sexuales a menores.

El 12 de diciembre, en el marco de la operación El Edén, la Guardia Civil arrestaba en la localidad de Collado Villalba (Madrid) al fundador de la Orden, Miguel Rosendo, y a una de sus personas de mayor confianza, a quien la propia Guardia Civil se refiere como “supuesta monja”, llamada Marta Paz Alonso.

Los arrestos se realizaron un día después de que varias personas rompieron lazos con la Orden y Mandato de San Miguel, cuyos integrantes denunciaron públicamente supuestos abusos sexuales, físicos y psicológicos, así como enriquecimiento ilícito.